viernes, 10 de enero de 2014

Un poco de historia. Polonia

En el siglo XVIII y tras un largo período de decadencia Polonia quedaría bajo el dominio de las potencias vecinas: Prusia, Rusia y Austria. En 1772 se produce el primer reparto del territorio de Polonia entre estas tres naciones. Aun así, Polonia sigue conservando su identidad y entre los años 1788 y 1792 se consigue convocar la Dieta de los cuatro años de la que saldría la Constitución del 3 de Mayo, segunda Constitución moderna de la historia mundial, tras la estadounidense, la cual sin embargo no evitó que Austria, Rusia y Prusia, en 1795, se repartieran entre ellos lo que quedaba de Polonia. De esta manera, el Estado Polaco independiente desaparecería de los mapas de Europa durante más de un siglo. 
Esta desaparición no significó el fin de la sociedad polaca, aunque las duras medidas que estos tres países les ofrecían hizo que fuese una de las épocas más duras, dando lugar a que en 1830-31 y en 1863-4 tuvieran lugar insurrecciones que, sin embargo, no tuvieron éxito. Las derrotas militares demostraron la imposibilidad de lograr la independencia por medio de las armas.
La Primera Guerra Mundial y la derrota de los imperios alemán y austro-húngaro, así como los conflictos internos de la Rusia revolucionaria, permitieron la reconstrucción del Estado Polaco en el otoño de 1918, surgiendo la Segunda República Polaca tras la firma del Armisticio de Compiègne; aunque al principio tuvo problemas con la defensa de sus fronteras, sirviendo como ejemplo la batalla que tuvo lugar en 1920 en las afueras de Varsovia contra las fuerzas soviéticas, que intentaron anexionarse Polonia, sin éxito, lo que motivó a los bolcheviques a proponer un tratado de paz. Polonia aceptó definir una nueva frontera luego de una serie de cortas negociaciones. La nueva frontera fue plasmada en la Paz de Riga. Polonia también luchó dos guerras cortas contra Checoslovaquia y Lituania en 1919 y 1920, respectivamente ganando la última y logrando un arreglo fronterizo en la primera.
Sin embargo, el 1 de septiembre de 1939 la Alemania Nazi atacó Polonia, tras haberse asegurado la complicidad de la Unión Soviética, hecho que supuso el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Polonia, después de haber resistido 35 días, se rindió. La mayoría de su territorio se encontró entonces bajo la ocupación alemana, mientras los restantes terrenos del Este fueron anexionados por la Unión Soviética, que invadió Polonia el 17 de septiembre. Así, los ejércitos germanos y soviéticos no se atacaron entre sí, como habían acordado en una cláusula secreta del Pacto Ribbentrop-Mólotov.
En la Polonia ocupada por Alemania, rápidamente la calidad de vida de los polacos, especialmente de los judíos de Polonia, se empezó a deteriorar, ya que la ideología nazi los calificaba como infrahumanos, dando lugar a exterminios, campos de concentración, etc.
Desde 1939 hasta 1945 los soldados polacos lucharon prácticamente en todos los frentes de la guerra contra Hitler, entre otros, en Noruega, Inglaterra, Italia, Egipto y la URSS. Destacando en agosto de 1944 el Alzamiento en Varsovia, planificado por el Armia Krajowa o Ejército Territorial, que representaba al gobierno constitucional en el exilio, y formaba parte de la llamada Operación Tempestad, cuyo objetivo era liberar Polonia antes de que lo hiciera la Unión Soviética, aunque las tropas polacas, ante la falta de apoyo aliado, finalmente fueron superadas por las mucho mejor equipadas tropas alemanas.
Alemania administró los territorios polacos bajo su control bajo la forma del Gobierno General, siendo anexados a Alemania las regiones más occidentales. Cuando las fuerzas de la Alemania nazi fueron forzadas a retirarse por el Ejército Rojo y voluntarios polacos, se creó la República Popular de Polonia, Estado socialista estrechamente aliado con la Unión Soviética. Además, sus fronteras, establecidas en la Conferencia de Potsdam, sufrieron un cambio drástico.


Tras esto hubo varios años de una gran tensión social, destacando 1980, cuando se formó la unión de trabajadores Solidarność, que a fines de los 80 encabezó un movimiento que terminó con la firma de los acuerdos de la Mesa Redonda entre el gobierno y la oposición, que dio lugar a la vuelta al multipartidismo y al capitalismo, surgiendo el moderno Estado polaco, que cambió su nombre oficial a República de Polonia. Polonia ingresó a la OTAN en 1999 y a la Unión Europea en 2004.

La pesca española


España ha sido y es una de las grandes potencias pesqueras mundiales. Como así indican el tamaño de la flota (tonelaje y potencia), el volumen de capturas y el valor de la pesca desembarcada.
En la actualidad, existen unos 18.000 buques pesqueros, que capturan cada año 13.000.000 toneladas de pescado y dan empleo a 74.798 tripulantes. En su dimensión económica, la pesca aporta el 0,5% del PIB.
España tiene un amplio perímetro costero cuyo litoral se parte entre mares diferentes, el Océano Atlántico y el mar mediterráneo; pero no puede decirse que presente unas condiciones muy favorables para la fauna marina y, por extensión, para la pesca.
Además, se aprecia un declive de la actividad desde hace un cuarto de siglo. Entonces, comenzaron a plantearse los problemas de una flota sobredimensionada, de unos caladeros sobreexplotados y otros de difícil o imposible acceso por el nuevo Derecho del Mar que comenzaba a surgir. En 1976, Estados Unidos declara aguas jurisdiccionales las doscientas millas mar adentro. Las declaraciones de ampliación de dominio se generalizaron, lo que significó, que en adelante, el 90% de los recursos pesqueros mundiales quedaban comprendidos en los límites de las zonas privativas de aprovechamiento. Para España las consecuencias fueron inmediatas y muy perjudiciales, al quedar cortado el acceso a los caladeros tradicionales, situados en aguas que, hasta entonces, habían gozado de la condición de internacionales y de libre aprovechamiento pesquero. 
Desde entonces, en el sector pesquero se han apreciado diversos cambios: 
La flota ha experimentado una enorme transformación y hoy se halla en la vanguardia de las tecnologías en lo que se refiere a sistemas de navegación, adelantos náuticos, etc., no obstante, esto se complementa con una flota tradicional de bajura, cuya actividad resulta cada vez más difícil por su falta de competitividad.
Además, los lugares de pesca han variado, tanto en naturaleza como en ubicación, pues hoy se pesca en aguas de aprovechamiento económico pertenecientes a otros países y a distancias considerables de los puertos de partida, hasta en los océanos Índico y Pacífico.
El volumen de pesca desembarcada ha decrecido, con relación al de hace 25 años, a consecuencia de las limitaciones impuestas a la flota y la reducción de la misma, entre otros. 
Finalmente, el desarrollo de la investigación en el sector, que ha permitido la explotación de nuevas especies y pesquerías, la localización de bancos de pesca, nuevos conocimientos de biología marina y la protección de especies, etc. 

Uno de los aspectos a destacar es el desarrollo de la acuicultura, verdadera alternativa de futuro que ya produce una cantidad importante de peces y moluscos. 

Sacyr y el canal de Panamá

 Sacyr es una empresa dedicada a la construcción de todo tipo, promoción de viviendas, gestión de infraestructuras, actividades patrimonialistas y de servicios. Además, es una de las mayores empresas constructoras de España y últimamente ha tenido gran repercusión debido a las actividades que realiza para la ampliación del canal de Panamá.

Esta repercusión se debe a la posible paralización de la obra durante este mes debido a que han surgido problemas en dicha ampliación llevada a cabo por el GUPC (Grupo Unidos por el Canal), liderado por Sacyr, que obtuvo en 2009 el contrato por 3.118 millones de dólares para la construcción de las nuevas esclusas y de los que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha dicho que ya ha desembolsado 2.831 millones de dólares, 784 millones correspondientes a adelantos.
 Estos problemas suponen que producirán unos "sobrecostos" de unos 1.600 millones de dólares, que pide que pague ACP; sin embargo, la ACP, tilda de ilegal dicha paralización y se ha producido un enfrentamiento entre los dos que aún siguen negociando.
Por un lado, Sacyr pide un desembolso inicial de 400 millones, pero ACP ha mantenido su propuesta, que es la que considera más razonable y la que entraría en los límites del contrato, de 100 millones de dólares al GUPC y dos meses de moratoria al reembolso de un adelanto previo de 83 millones siempre que el consorcio también aportara 100 millones de dólares, un total de 283 millones de dólares deberá usarse para pagar a subcontratistas y proveedores, y solo se hará efectivo si el GUPC retira la intención de suspender las obras a partir del próximo día 20 y si cumple con otros compromisos contractuales.
Impregilo, otra de las empresas implicadas en la obra, ha considerado como inaceptable la propuesta de ACP, que amenazó también con seguir la obra con otros contratistas, hecho que, sin embargo, en palabras de Impregilo, retrasaría la obra un mínimo de tres años.
Así, el 7 de Enero se reunieron para intentar encontrar  una solución, para que no se lleve a cabo la paralización de la ampliación del canal, fechada el 20 de Enero. El mayor problema es que no se le reconocen a GUPC dichos "sobrecostos", porque dicen que están "fuera de contrato"; y dice Impregilo, que ACP pretende que asuman todos los costes, pero que se mantendrán en su posición hasta que ACP acepte su propuesta.
Con esto, se espera que se solucionen estas discusiones y no lleguen a paralizarse las obras de la ampliación de este Canal, que supone grandes beneficios al intercambio comercial y económico mundial al acortar tiempo y distancia de comunicación marítima, al proporcionar una vía de tránsito corta y relativamente barata entre los dos océanos, influyendo decisivamente en los patrones del comercio mundial, impulsando el crecimiento económico de los países desarrollados y en vías de desarrollo, además de proporcionar el impulso básico para la expansión económica de muchas regiones remotas del mundo.

jueves, 9 de enero de 2014

El canibalismo empresarial

Canibalismo empresarial se le llama a los efectos de introducir una nueva marca a una categoría de productos donde la compañía ya tiene una marca. Esta nueva marca entra en competencia con los productos de la compañía quitándoles participación en el mercado y permitiendo que la marca antigua conserve el privilegio que tenía. El problema está en que este nuevo producto puede quitarle participación a otros productos que la empresa tenga en el mercado.

Un ejemplo de canibalismo empresarial puede ser le caso de la Coca-Cola Light y la Coca-Cola Zero. La Coca-Cola Zero está actualmente siendo más consumida que la Light. En principio la más innovadora se llevó a cabo para aumentar las ventas en general, pero esto ocurre a partir de la pérdida de ventas del otro producto.



Encontramos distintos tipos de canibalismo:

En el canibalismo de piezas, se reconstruye un equipo mediante parte de las piezas de otro, por la imposibilidad de obtener repuestos. 

En el canibalismo de producto, uno perteneciente a la misma cartera de productos de un fabricante hace descender las ventas de otro de la misma cartera. 

En el canibalismo de publicidad, una marca utiliza un mensaje muy parecido al de otra marca ya establecida, quedando el consumidor con la impresión de haber visto publicidad de la marca conocida. 

En el ámbito del sector bancario, la innovación financiera está desencadenando en los últimos años el canibalismo o canibalización por la introducción de productos más atractivos sobre todo desde el lado de la captación de recursos, tratando de atraer fondos de la competencia, pero como la oferta presente, incluida la de las entidades que lanzan un nuevo producto, es bastante homogénea, rápidamente se produce un efecto de trasvase en el balance de la propia entidad de los productos más tradicionales o menos atractivos hacia los que la innovación ha creado. Pese a este riesgo y como consecuencia de la competencia, las entidades pugnan por introducir continuamente nuevos productos que permitan atraer o canibalizar, esto último para evitar pérdida de cuota de mercado en un determinado segmento, pero a costa de un incremento en los costes en la mayor parte de las ocasiones, lo que exige buscar un equilibrio en esta estrategia.